Mar 10, 2015

Nightcrawler


Si Sidney Lumet levantara la cabeza seguramente dedicase un par de horas a ver Nightcrawler, la película que podemos considerar sucesora de la aclamada Network, un mundo implacable. Por supuesto, no tiene tanto poderío narrativo, descaro, o capacidad transgresora como tuvo la cinta de Lumet en su momento (hay que tener en cuenta que se estreno en 1976, y fue vista por una sociedad "Pre-Gran Hermano"), pero sin duda, desprende buen gusto, desarrolla un concepto peliagudo e invita a la reflexión. Y también fantasea un poco, por qué no admitirlo.

Nightcrawler es la historia de un joven ambicioso que decide buscarse la vida como periodista freelance retratando el crimen urbano de Los Ángeles, California. La necesidad creciente de capturar la delincuencia y desgracia humana desde un primer plano e incrementar las cuotas de audiencia lo pondrá en situaciones límite.

Dan Gilroy, director y guionista de la película, pretende despertar conciencias, hacer ver cómo nos gusta contemplar nuestra propia destrucción, nuestro propio sufrimiento. Eso por un lado; por otro, plantea una crítica no muy original pero coherente a los medios comunicación, que cada vez más buscan complacer a la audiencia con un contenido no solo de baja calidad, sino basado en las debilidades del ser humano, en sus desgracias; en este caso, en su violencia y su falta de escrúpulos. Claro, que si entendemos los medios de comunicación como una manera de reflejar a la sociedad y lo que ella demanda, no podemos echarles toda la culpa. Somos como somos, y por ello, consumimos lo que consumimos.

Aunque las hazañas de Lou Bloom, el protagonista, rocen lo inverosímil y fantástico por momentos, sus frases de conquistador y/o manipulador no tienen desperdicio y merecen atención por parte del espectador. La interpretación de Jake Gyllenhaal es exquisita, sus ojos de lunático son aterradores; es un actor que cautiva, que se mete de lleno en sus personajes, y que, desafortunadamente, está un poco infravalorado. Donnie Darko, Brokeback Mountain, Zodiac, Prisioneros... Más atención a Gyllenhaal, por favor.

No es nada desdeñable tampoco la interpretación de Rene Russo, directora del programa de televisión, quien borda su papel de mujer impasible, tan fuerte y tan débil al mismo tiempo, y al final, tan fría. Un papel que recuerda sin duda a aquel que interpretó Faye Dunaway en Network y que le valió un Óscar a mejor actriz.

Estilísticamente, la película rezuma calidad. El retrato de las calles de Los Ángeles a través de la fotografía de Robert Elswit es impresionante, gracias a una paleta de colores que se mueve entre tonos negros y verdosos y que refleja tan bien el mundo urbano, oscuro, y criminal en el que se centra la película. En cuanto al ritmo, la cinta es más bien tranquila, con picos de acción no muy pronunciados, a excepción del tercer acto, frenético y desasosegante.

Nightcrawler es una pequeña gran película; no es un peliculón, pero merece la pena verla. Es más estética que conceptual y contiene interpretaciones muy potentes. Seguramente pase a la lista de mejores películas con crítica a los medios de comunicación.

Diego Martín

 
“Nightcrawler”

If Sidney Lumet raised his head he would probably spent a couple of hours to watch “Nightcrawler”, the film which can be considered the successor to the acclaimed “Network”. Of course, it doesn't have so much narrative power, audacity, or transgressor capacity as Lumet's film had at the time (keeping in mind it premiered in 1976 and was seen by a "Pre-Big Brother" society), but certainly, it shows good taste, develops a tricky concept and invites to reflection. And it also fantasizes a little, why not admit it.


“Nightcrawler” is the story of an ambitious young man who decides to make a living as a freelance journalist portraying urban crime in Los Angeles, California. The growing need to capture crime and human misery from the foreground and increase the levels of audience share will put him in extreme situations.


Dan Gilroy, director and screenwriter of the film, intended to raise awareness, to show how we like to see our own destruction, our own suffering. That's one side; on the other, he poses a not very original but coherent critic to the media, which increasingly seeks to please the audience with a content not only of poor quality, but based on the weaknesses of human beings, in their misfortunes; in this case, in their violence and ruthlessness. Of course, if we understand the media as a way to reflect society and what it demands, we cannot give them all the blame. We are what we are, and therefore, we consume what we consume.
 

Although the exploits of Lou Bloom, the protagonist, rub the improbable and fantastic at some points, his conqueror and / or manipulative phrases are of no waste and deserve attention from the viewer. The interpretation of Jake Gyllenhaal is exquisite, his eyes of a lunatic are terrifying; he is a mesmerizing actor who immerses himself in his characters, and who, unfortunately, is a bit underrated. “Donnie Darko”, “Brokeback Mountain”, “Zodiac”, “Prisoners”... More attention to Gyllenhaal, please.


It is not negligible either the interpretation of Rene Russo, director of the TV program, who embroiders her role as an impassive woman, so strong and weak at the same time, and at the end, so cold. A role that definitely reminds the one who played Faye Dunaway in “Network” and which earned her the Academy Award for Best Actress.


Stylistically, the film oozes quality. The portrait of the streets of Los Angeles through Robert Elswit´s photography is impressive, thanks to a palette of colors that moves between black and green tones and that reflects so well the urban, dark and criminal world in which the film focuses on. In terms of pace, the film has not very pronounced peaks of action, except the in the frantic and unsettling third act.
 

“Nightcrawler” is a great little movie; is not the best movie, but it's worth a look. It is more aesthetic than conceptual and contains powerful interpretations. It will probably go down the list of best movies with criticism to the media.



Diego Martin

Review: Pilar Colomo

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