Apr 14, 2014

Noé

Nos hallamos al fin, para alegría de tantos que esperan con frenéticas ansias la llegada de ese breve pero intenso descanso que ofrecen estos santos días en el más puro sentido religioso para algunos, y en otro sentido mucho más laico, para otros, disfrutables y estimulantes, a partes iguales, donde resulta casi obligado, independientemente de que la nula o mucha fe con respecto a lo estrictamente clerical de las fechas, el ser partícipe de parafernalias procesionales, vía crucis, y como no, el dejarse cautivar como cada año, por alguna superproducción que repase convenientemente  textos bíblicos, pasajes del antiguo testamento o a valerosos gladiadores desafiando a algún emperador romano.
Para saciar ese apetito fílmico, encontramos curiosamente  estos días en cartelera, una cinta que llega sin duda, con el firme propósito de atraernos casi inconscientemente a ese estado casi místico que nos provocan este tipo de producciones en tan insignes fechas. El último trabajo de Darren Aronofsky, “Noé”, encaja perfectamente, o dicho de otra manera, se le ha dado la forma adecuada para que puritanos y también díscolos con todo lo referente a temas relacionados con los tan delicados asuntos que la fe suscita, acudan raudos al visionado de dicho film.
Una adaptación del texto bíblico donde Noé (Russell Crowe) se convierte por imperativo del Creador en su herramienta particular para erradicar corruptelas y demás estropicios humanos de la faz de la Tierra, acatando éste de manera inmediata, aunque por ello tenga que sacrificar a su propia sangre, el mandato divino.

Los que acudan estos días a dejarse embaucar por él, por otra parte espectacular trabajo de Aronofsky, para con ello rememorar viejas grandes producciones que contribuyeron a establecer ese vínculo ya casi necesario  entre las fechas en las que nos encontramos y    films que soporten esa carga religiosa, (podríamos citar a “Ben Hur”,Los diez mandamientos”, “La historia más grande jamás contada”, etc), no quedarán del todo defraudados, pero tampoco saldrán descontentos todos aquellos seguidores del celuloide en los que modernos milagros del siglo XXI, convertirán ángeles caídos en  gigantescos monstruos rocosos que se enzarzarán en encarnizadas batallas, además de emplearse como duros obreros a las órdenes de Noé.
Pocos artificios podemos esperar de lo que en sí es la historia que se plasma en la Biblia, salvo subjetivas variaciones con las que el propio Aronofsky y el guionista  Ari Handel juegan para llevarse de calle a un público resarcido ya de tramas con poca enjundia y finales demasiado ortodoxos. Claro está también, que tanto el soberbio, por otra parte, Russell Crowe, como los demás componentes del elenco, Emma Watson, Jennifer Connelly, el casi impuesto antagonista Ray Winstone, y el místico Matusalem, Anthony Hopkins, dieran la impresión de quedarse con ganas de más, a la hora de desarrollar unos personajes a medio hacer en un metraje demasiado extenso. 

Carlos Pérez.
 

Noah


It is Easter at last, to the delight of those who have been waiting for the arrival of this brief but intense break to enjoy it in a religious sense or in a more secular sense. It is, anyway, a period as enjoyable as stimulating for everyone, where it is almost compulsory, regardless everyone’s faith, to be part of processional paraphernalia, Stations of the Cross, and let ourselves captivate by any overproduction that conveniently review biblical texts, passages of the Old Testament or brave gladiators defying a Roman Emperor, as every year in this period.
 
In order to satisfy this film appetite, we find curiously these days on the Billboard, a film whose firm intention is, no doubt, to take the audience to that almost mystical state that provokes this type of production. Darren Aronofsky’last work, "Noah", fits perfectly, or said in another words, it’s been shaped properly so that Puritans and the rest of the audience go to see this film.
An adaptation of the biblical text where Noah (Russell Crowe) becomes for the imperative of the creator in his particular tool to eradicate corruption and other human damage from the face of the Earth, obeying immediately, although he has to sacrifice his own blood for that purpose.
Those who attend these days to the movies, to recall old large productions that helped establish that link between this days and religious films, (like "Ben Hur", "The ten commandments", "The greatest story ever told", etc.) will not be disappointed at all, but neither will be unhappy all those followers of the celluloid, where modern miracles of the 21st century make fallen angels turn into gigantic rock monsters who get involved in fierce battles, as well as they work under Noah’s orders.
We can’t expect many tricks from the history which is reflected on the Bible, except for subjective variations used by Aronofsky and the screenwriter Ari Handel to please every kind of audience. It is clear also that the superb, on the other hand, Russell Crowe, and other components of the cast, Emma Watson, Jennifer Connelly, Ray Winstone and the Mystic Matusalem, Anthony Hopkins, gave the impression of dissatisfaction when developing theis characters in this too extensive footage.
Carlos Pérez
Translation review: Elvira Salinas

 
 
 
 

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